Fray Domingo de Betanzos defensor de los indígenas y fundador de la Provincia de Santiago

Betanzos se llamó originalmente Francisco; había nacido en León, España, en el año de 1480. Era de familia rica, de padre Gabriel. Desde niño Francisco mostró madurez y jugaba poco, le gustaba más estar en oración. Durante su juventud estudió en la Universidad de Salamanca donde obtuvo el grado de licenciado en derecho.

Aquí conoció a Pedro de Arconada, con quien compartía su interés por la salvación del alma, por lo que llevaban una vida austera, de contemplación y penitencia. Ayudaban a los pobres, lo que provocó que se extendiera su fama de caritativos. Francisco pensó que esto era contraproducente a sus fines, ya que podrían caer en la vanidad, por eso pensó en alejarse del mundo y llevar vida de ermitaño, prometiendo regresar por su amigo, una vez obtenida la licencia y ubicado el lugar adecuado.

Betanzos se convierte en ermitaño

Betanzos se puso el hábito de peregrino y durante el camino vivió de lo que la gente le daba. Llegó al monasterio benedictino de Monserrat, quedando admirado de la vida que seguían los monjes. En un momento llegó a pedir el hábito y las autoridades votaron a favor, pero después el peregrino se arrepintió, ya que recordó que su objetivo era ser eremita.

Prosiguió su camino y llegó a Roma para pedir la licencia correspondiente, ya que en el retiro no podría confesarse, comulgar ni ir a misa. Pronto obtuvo la licencia para él y su amigo, compró herramientas para sembrar y algunos libros. En Nápoles se enteró de la existencia de una isla llamada Ponza, donde había eremitas y ahí se dirigió.

Una vez que el nuevo eremita llegó a la isla, buscó a los tres ermitaños que ahí vivían, quienes le asignaron una cueva. Betanzos se puso feliz, al alcanzar su sueño, se dedicó a sembrar sus hortalizas, a la vida contemplativa y a la penitencia. Leía frecuentemente las colaciones de san Juan Casiano y la santa escala de san Juan Clímaco. Como en su cueva caía constantemente una gota de agua, su salud se mermó y envejeció prematuramente. Cuando llegaron unos pescadores que les llevaban comida a los ermitaños cada año, conocieron a Betanzos y lo motivaron a que cambiara de cueva. Después de cinco años se acordó de la promesa de ir por su amigo y emprendió el retorno a Salamanca.

Betanzos entra a la Orden de Santo Domingo

El eremita decidió pasar por su ciudad natal y le pidió una limosna su padre, quién no lo conoció y le negó la caridad. Algo similar sucedió con un amigo de la universidad, lo que significó para Betanzos, la insensibilidad del mundo y confirmó su voluntad de acercarse más a los divino. Cuando llegó a Salamanca se enteró que Pedro de Arconada, cansado de esperar había decidido entrar a la Orden de Predicadores, que se encontraba en plena reforma de costumbres dirigida por fray Juan Hurtado.

Betanzos quiso ver aunque fuera de lejos a su amigo y se formó en la entrada del convento, el portero lo reconoció y los frailes se alegraron de su llegada, porque sabían de la virtud del licenciado. Después se entrevistó con Arconada, quien lo motivó a entrar a la orden.

Surge fray Domingo de Betanzos

Betanzos pidió el hábito, durante el año de noviciado se dedicó a estudiar las constituciones de la orden y al profesar cambió su nombre al de fray Domingo de Betanzos. Prosiguió su desarrollo de la vida espiritual en Salamanca hasta que decidió venir a América. Pasó a Sevilla en 1513, donde se ordenó como sacerdote.
En América colaboró con fray Pedro de Córdoba y demás dominicos en la evangelización y defensa de los indígenas. A la vez que trataba de que los españoles llevaran una vida cristiana y caritativa. Betanzos logró que Bartolomé de las Casas se hiciera dominico.

Los frailes dominicos en México

Una misión dominica encabezada por fray Tomás de Ortiz pasó por la isla La Española. Domingo se unió y vino a participar en la fundación de la Orden de Predicadores en México. Llegaron a Veracruz en junio y a la ciudad capital el 25 de julio, de 1526, fiesta de Santiago apóstol.

Betanzos tuvo la tarea de formar a los primeros dominicos, levantó el convento de santo Domingo de México, la vicaría de Tepetlaoxtoc, donde hizo un eremitorio; extendió la orden hasta Oaxaca y Guatemala, a éste último lugar fue personalmente.

Contribuciones de fray Domingo de Betanzos

La labor de fray Domingo fue impresionante; consiguió que las fundaciones dominicas mexicanas constituyeran la Provincia de Santiago; también logró que el papa Paulo III publicara la bula para reconocer el mismo nivel de racionalidad para los indígenas. A instancias suyas se imprimió el primer libro en América. Se le considera fundador de las provincias dominicas de Guatemala, Oaxaca y Filipinas.

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Autor José Omar Tinajero Morales

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