Etnohistoriador por la ENAH
El pulque se ha convertido en una bebida rara, porque la producción se ha reducido, por diferentes factores como: bebidas industrializadas más comerciales y baratas, poco apoyo gubernamental al campo, falta de créditos y desaparición paulatina del gremio de los tlachiqueros. En la época prehispánica en Mesoamérica fue una bebida ritual y se popularizó durante la etapa novohispana y el siglo XIX, convirtiéndose en uno de los emblemas de México. Tlachiquero
La leyenda del origen del maguey
La mitología nahua dice que los dioses veían que los hombres estaban tristes, entonces buscaron algo para regocijarlos. Esto llegó a oídos del dios Ehecatl quien se acordó de Mayahuel, y se fue enseguida a buscarla. Cuando llegó encontró dormida a la vieja Cicimitl, que era la encargada de cuidar a la diosa, así fue más fácil convencer a Mayahuel para que bajara con él a la tierra, convirtiéndose en un árbol de dos ramas, por lo que así se le representaría en la iconografía.
Cuando la abuela despertó se dio cuenta que no estaba su nieta y empezó a buscarla, hasta que la reconoció y rompió la rama. Al irse Cicimitl, Ehecatl reunió los huesos de Mayahuel, los enterró y de ahí salió un árbol llamado metl, que es la palabra náhuatl para nombrar al maguey.
Los dioses del pulque eran: Patecatl, Tequechmeciuani, Ometochtli, Tezcatzoncatl, Quatlapanqui y Papaztac. La leyenda refería que en Tula una mujer llamada Xochitl fue la inventora del pulque, para conquistar al rey Tepancaltzin, quien quedó enamorado de ella y con quien procreó a un hijo llamado Meconetzin. En la fiesta de Tepetlaoxtoc en la mayordomía de los tlachiqueros, en enero se hace la representación de la reina Xochitl. En Apan se celebra en semana santa la feria del maguey y la cebada. En Calpulapan, el 13 de junio es la feria del pulque y la barbacoa.
Los múltiples usos del maguey
Fray Toribio de Benavente Motolinia escribió en su obra: "... es verdad que la primera vez que yo lo vi sin saber ninguna de sus propiedades dije: gran virtud sale de este cardo." Del metl se podía obtener azúcar chinaca (negra) y candi (obtenida por evaporación). El tronco y la penca servían, en la época colonial, para la preparación de la barbacoa; con la parte carnosa y blanda unida al maíz se hacían tortillas de maguey y con la misma mezcla se elaboraba un atole. Las flores de la planta también son comestibles junto con los gusanos que lo habitan, los cuales tostados son muy nutritivos. Motolonía decía: "... yo los he comido muchas veces en días de ayuno a falta de peces."
Para el vestido, se hacían con las pencas sandalias y alpargatas, se sacaban también agujas, hilos y cuerdas. Muchos las usaban para hacer chozas, techos y las púas servían como tachuelas y clavos. El maguey también tenía usos medicinales, la penca caliente puesta sobre las heridas ayudaba a la cicatrización, además neutraliza el veneno de serpiente. Las mujeres sacaban de las pencas un jugo para mantener su pelo sano y brilloso.
Con el maguey se hacía papel, que era fundamental para la confección de los códices. Se maceraban las pencas en agua por algún tiempo, después se machacaban para apartar la parte carnosa, quedando sólo los filamentos, ya limpios se extendían por capas, retenidas por algún adherente y se les daba el terminado.
Los amantecah y los tlacuiloque utilizaban las pencas, encima de ellas hacían un papel del algodón engrudado muy delgado en el cual realizaban sus dibujos. Así el maguey era muy apreciado en la cuenca de México, tanto en la vida diaria como para las actividades artísticas.
El maguey y el pulque
El maguey ha sido aprovechado en la cuenca de México y en especial en tres poblaciones de mayor producción que formaban el triángulo del pulque: Tepetlaoxtoc, Estado de México; Apan, Hidalgo y Calpulalpan, Tlaxcala, tanto en la época prehispánica como en la colonial, e incluso en la actualidad. El tlachiquero raspaba el maguey para obtener el agua miel que junto con una planta de tierra caliente llamada ocpatli o cuapatli se lograba la fermentación, convirtiéndose así en pulque, que tiene un alto valor nutritivo.
En cuanto al pulque la zona de Apan en el siglo XIX, ganó vigor al ser conectada por el ferrocarril, con lo cual tuvo mayor presencia en la ciudad de México, mientras que Tepetlaoxtoc quedó aislado. Con el triunfo de la revolución se desmembraron las haciendas pulqueras habían sido importantes fuentes de trabajo, debilitando la producción en el siglo XIX. Se espera que los gobiernos generen programas de rescate de esta bebida que es patrimonio cultural. Se puede realizar un recorrido de turismo cultural, ya que estás localidades forman un región por su contigüidad.
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