Por José Omar Tinajero Morales La doctrina social de la Iglesia , como opción por los más necesitados y por el trabajo por el bien común se inserta en los orígenes de la institución hace más de dos mil años. Sin embargo, se fue estructurando a lo largo del tiempo, gracias a los padres y Doctores de la Iglesia. Resulta sumamente sorprendente y agradable leer a san Basilio o a san Agustín quienes mostraron lo importante de distribución conjunta de los bienes para llevar una vida común armónica. El doctor santo Tomás de Aquino en su maravillosa obra la Suma Teológica, nos brindó los conocimientos sistematizados sobre el bien común y las tareas a realizar para lograr un mundo más justo, por medio de una vida ordenada por la razón, la sociedad y la justicia. Los dominicos a lo largo de la historia aprovecharon estos pensamientos para defender los derechos humanos, como sucedió en el siglo XVI, donde los predicadores lucharon a favor de los derechos de los indígenas como lo muestra la